Seleccionar página

Enfoque terapéutico de la depresión

La vida está llena de retos y por tanto de decisiones que tenemos que tomar constantemente, en ocasiones hay éxitos y en ocasiones fracasos. 

A veces cuando tenemos la sensación de estar constantemente luchando y no conseguimos los éxitos por los que trabajamos tanto, puede darnos la sensación de que solo conseguimos fracasos. 

La depresión pone de manifiesto un anhelo, un deseo no cumplido.  Siento que ya no disfruto con las cosas, no puedo soportarlo más, cada día que me levanto es igual que el anterior, siento que mi cuerpo pesa toneladas. Me veo con pocas energías. Cada vez que me levanto es una lucha contra mí mismo/a…  Estos pensamientos que acabamos de exponer suelen ser muy claros para una persona que tiene un trastorno depresivo. Los principales síntomas de depresión son los siguientes: Apatía: no se tienen ganas de hacer absolutamente nada. Anhedonia: se deja de disfrutar de las cosas por las que antes se disfrutaba. 

Cambio en el hábito de alimentación: las personas que lo padecen manifiestan un cambio súbito en el apetito (o comen mucho más o mucho menos). Trastornos del sueño: duermen o están acostados a todas horas sin ganas de levantarse. Cambios en la vida cotidiana: por todo lo anterior, la persona que padece depresión deja de salir con amigos, asearse, o incluso se siente incapacitada para asumir responsabilidades en el hogar (cuidado de niños, limpieza de la vivienda…). ¿Por qué aparece la depresión? Cuando se adueña en la persona la falta de esperanza para conseguir aquello que desea pueden aparecer sentimientos depresivos. Nuestra mente, para protegernos de los mismos, empieza a asumir por medio de pensamientos automáticos negativos…